1960, telón de acero nazi sobre el globo terrestre, poderío absoluto, maquinaria avanzada y experimentos de vanguardia, opresión ciudadana en un mundo aún gris y no recuperado de los grandes mazazos del conflicto... Éste es el universo que impone Wolfenstein: The New Order, un reboot absoluto para una de las marcas más recordadas de idSoftware junto a Quake y Doom, de hecho anterior. En manos de un heterogéneo equipo escandinavo, Machine Games, Bethesda recupera la serie de los nazis mecánicos para regalarnos una aventura de acción en primera persona con mucho de grandes FPS como Half Life, Duke Nukem 3D o incluso Resistance. Aquí todo lo bueno tiene cabida, tanto los aciertos clásicos como lo mejor de lo que se viene haciendo últimamente, dando lugar a un título que tiene una pinta sorprendete además de un jugoso sabor añejo. Ya lo hemos probado.
Gente de Starbreeze, de EA o de Gearbox se han unido para el que es el primer proyecto de Machine, una mirada al pasado que no pierde el reojo del futuro, un shooter como los de antaño solo que bañado de un aspecto gráfico y ciertos elementos de hoy o que están por implantarse. A caballo entre dos generaciones (PS3-360 y PS4-XBO-PC) The New Order no pretende ser el tercer juego de la serie de disparos sin cesar a enemigos pixelados con esvástica en el antebrazo, sino el renacer de la licencia que llegó a generar controversia en territorio alemán con su violentísima puesta en escena y total irreverencia. Crudo, atroz y siempre muy divertido, hemos vuelto a encontrarnos con B.J. Blazkowicz, reanimado tras casi 20 años en coma y al que hemos visto volver a las andadas mientras sirve dos tazas de café en un tren que viaja a toda velocidad por Europa. Esas tazas son para una estirada líder nazi y su joven y extrañísimo amante, ¿los conoces?
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