Dying Light
Supervivencia, hostilidad y Parkour es lo que nos ofrece la primera IP de terror en primera persona que Warner Bros. produce tanto para consolas actuales como para Xbox One y PlayStation 4. De la mano de Techland y sus Dead Island, Dying Light nos someterá a una implacable experiencia en la que ni de día ni de noche estaremos a salvo en un ambiente urbano lleno de no-muertos. Y de algo peor.No-Muerto
Es la idea de algo que nos ataca porque sí, porque tiene hambre y punto, algo con lo que es imposible razonar, que no hace distinciones de edad o sexo mientras respire y palpite. La sensación que transmite un zombie es lo que logra erizarnos el cabello cuando pensamos en ello, ya que no se puede lidiar más que con la violencia, no se puede razonar más que con una automática o un pico en la mano. Antaño pura carne de Serie B y Z, lo que comenzó oficialmente con el clásico Yo Anduve con un Zombie de Jacques Tourneur y se consolidó definitivamente con Night of the Living Dead del gurú George A. Romero, hoy día se ha establecido no sólo en la cultura popular, sino en los productos Mainstream. Algo impensable hace apenas una década, en 2013 The Walking Dead arrasa en horario de máxima audiencia temporada tras temporada, sin ocultar su carga gore y sangrienta que el género obliga a usar, y su equivalente jugable de Telltale se consolida como uno de los juegos de 2012 con la mejor narrativa vista en los últimos años.Pero la cosa no se detiene, sino que máximas estrellas como Brad Pitt se las ven con las mayores hordas de no-muertos en apocalipsis fílmicos como el próximo World War Z. O reputados como Danny Boyle o Zack Snyder sacuden el género a su gusto con maravillas como la atmosférica 28 Días Después o la magistral Amanecer de los Muertos.
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